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Una hermosa polca del cancionero popular, "A la Huacachina", no sólo hizo bailar mucho a nuestros antepasados, por la década de los 30 y los 40, sino que también, su origen, fue centro de cierta polémica al respecto.
Según Hernán Restrepo Duque, escritor, periodista, investigador musical y coleccionista colombiano quien durante muchos años fue Director de la RCA Víctor en Colombia, en el año 1933 el músico chileno Porfirio Díaz viajó a Lima como director de orquesta del grupo que acompañaba a la compañía argentina de comedias de Carlos Valicelli.
Tres años después, Díaz se integra al elenco de la RCA Víctor de Chile y su primera grabación fue un vals que había conocido durante su estancia en Perú, "Anita" de Pablo Casas. Ante la gran acogida de su primera grabación, Porfirio Díaz decide que su segunda grabación sea también una canción del folclore peruano, por lo que en ritmo de fox graba "A la Huacachina", acoplándolo a su fox-trot "No me digas". "Esta grabación batió récords de ventas en todo el continente y consagró a la orquesta como una de las favoritas del elenco internacional de la Víctor" señalaría Hernán Restrepo Duque en la biografía que escribió sobre Porfirio Díaz: http://www.todotango.com/spanish/creadores/pdiaz.asp
La popularidad de "A la Huacachina" llevaría a que la orquesta del argentino Enrique Rodríguez, con la voz de Roberto Flores, grabe también dicha canción, en ritmo de pasodoble, el 27 de junio de 1938, señalándola como de autor anónimo.
Según consta en los catálogos de Red de Contenidos Digitales del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de Argentina, la orquesta de Francisco Canaro graba también "A la Huacachina" en ritmo de pasodoble el 27 de febrero de 1939, señalándose como autor a Francisco Pérez; aunque parece que inicialmente Francisco Canaro no puso nombre de autor:
http://www.acceder.gov.ar/es/1708031
Un año después, Francisco Canaro aumenta la popularidad de "A la Huacachina" al interpretarla en la película "Cita en la frontera", que tenía como actriz principal a Libertad Lamarque.
Si muy bien "A la Huacachina", canción peruana, se había vuelto popular fuera del Perú gracias a las grabaciones de reconocidos directores de orquesta, en el Perú también gozaba de popularidad pero no escapaba a la polémica que sobre su origen se creó. A fines de 1939, en el Perú, ya se escuchaban algunas voces protestando por la desfiguración que le hicieron en la Argentina a la polca "A la Huacachina", aduciendo que de esa manera pensaban adueñarse de la misma. Debido a ello, y en son de protesta, es que Lito Bayardo (letra) y Mario Maurano (música) componen el pasodoble "Mi bella Huacachina" que fue publicado en el cancionero "Alta Voz".
En la edición del 27 de enero de 1940 del cancionero "Alta Voz", Aurelio Collantes se queja de que Francisco Canaro, agregándole un poco más de letra y orquestación a la conocida polca criolla "A la Huacachina", se la ha apropiado ilícitamente. En la misma edición del conocido cancionero se publica la letra de "A la Huacachina" figurando Francisco Pérez como autor pero señalándola como one-step. Dicha letra es reproducida de nuevo en la edición del 17 de febrero de 1940 del mismo cancionero "Alta Voz".
En los registros de la APDAYC figura el compositor y folclorista iqueño Francisco Pérez Anampa como el autor de la polca "A la Huacachina". Pero según algunos criollos de la época, el verdadero autor era Emilio Visosa.
Ricardo Miranda Tarrillo en su libro "Música Criolla del Perú", Lima 1989, señala de que en 1963 Juan Criado "El arquero cantor" le contó que "A la Huacachina" no pertenecía a Francisco Pérez, como todos creían, sino que su autor era Emilio Visosa quien había trabajado en el Frigorífico del Callao. Criado le mostró a Miranda Tarrillo un recorte de "La Lira Limeña" donde se daba cuenta del sepelio de Visosa señalándose que era el autor de "A la Huacachina"; añadiendo que la letra no se refería a la famosa laguna sino a una huaca que había cerca al Frigorífico y que servía de lugar de cita de los enamorados, por lo que la letra era "Juntito a la huaca, china, una mañana te vi".
Poco tiempo después, conversando Miranda Tarrillo con Luis de la Cuba, Lucho también le afirmó que el verdadero autor de "A la Huacachina" era Emilio Visosa. Según Lucho de la Cuba, Visosa era camalero que había trabajado antes en el Frigorífico del Callao pasando luego al camal del Puente del Ejército que Lucho administraba en 1939. Emilio solía sentarse cerca a la puerta del camal tocando la pegajosa polca en su rondín. Para un compositor como Lucho de la Cuba no podía pasar por alto una bella melodía por lo que le preguntó a Visosa por la polca y éste le dijo que la había compuesto cuando trabajaba en el Frigorífico.
Emilio Visosa fue un compositor cuyas obras fueron publicadas en "La Lira Limeña" y "El Cancionero de Lima" en los años 30. Pero no se ha encontrado, todavía, que su nombre aparezca en alguna publicación de la letra de "A la Huacachina" por mediados o inicios de los 30, lo cual demostraría que él es el autor de tan bella polca. Aparte que tiene que haberse creado antes que Porfirio Díaz viaje al Perú con su orquesta ya que él se la llevó a Chile, donde la grabó.
Miranda Tarrillo viajó a Ica a entrevistar a Francisco Pérez y éste le contó que compuso "A la Huacachina" una madrugada de 1940 cuando salía de la fiesta de carnavales en el Hotel Mossone con sus amigos Armando Penagos y Francisco Flores Chimarro. Al salir al corredor, Pérez, sintió una repentina inspiración musical y empezó a tararear la melodía para fijarla. Al llegar a Ica la música estaba lista lo mismo que la mayor parte de sus versos escritos por Flores Chimarro.
Pérez también le dijo a Miranda Tarrillo de que había escuchado la versión que señalaba a Emilio Visosa como autor de la polca en cuestión, pero que a él no le importaba ya que la polca le pertenecía y en la APDAYC figuraba registrada a su nombre.
Francisco Pérez se equivocó en la fecha que da él como que la polca fue creada. No pudo ser en 1940 ya que la polca ya había sido grabada unos años antes. Su fecha de creación, repito, debió ser a mediados de los 30 o antes ya que Porfirio Díaz la aprendió en Perú y se la llevó a Chile.
El misterio sobre su origen será difícil que alguien lo pueda desentrañar pero, cualquiera que sea el mismo, no le quita ni le quitará los méritos que tan hermosa canción peruana supo labrarse desde que uno de nuestros inspirados compositores la creó para deleite de todos nosotros.